11 Septiembre – La Oración que necesito, no la que me conviene

Encontrar las palabras exactas en el momento oportuno, no siempre resulta ser una ciencia exacta; un corazón que esta en la víspera de un colapso es el escenario idóneo para que nuestras ideas y pensamientos se conviertan en una incesante tormenta en la cual no esta claro el principio y el final. La oración no es la excepción a esta regla, como encontrar las palabras adecuadas para hablar con Dios y expresarle todo lo que sentimos dentro.

Existe entonces la oración perfecta? Existe la manera perfecta de expresarnos para con Dios? Lo cierto es que la oración que necesitamos, no es siempre la mejor oración que hubiésemos podido hacer; orar mas que un ejercicio que requiere practica, es una practica que gradualmente nos lleva a un ejercicio completo de valor y templanza.

El Señor Jesus nos dio un modelo de oración, que podemos decir es perfecto y balanceado en todos los sentidos; lo encontramos en el evangelio de Mateo 6:5-13; sin embargo el mismo nos da el ejemplo de una de las oraciones mas cortas de las que se tenga registro en la Palabra, pero que de verdad era genuina en su plenitud; la encontramos en el evangelio de Lucas :

«Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.» Lucas 18:13

Una oración de seis palabras, que establecía una comunicación perfecta con nuestro Padre celestial, porque en esas pocas palabras este hombre desnudaba su ser; y quedaba expuesto totalmente a Dios.

Tenemos a veces miedo de quedar expuestos a Dios? Que el nos vea tal como somos realmente? Evitamos por ello hablar con Dios francamente ? Sabemos que a El menos que nadie le podemos engañar ya que el conoce el corazón de los hombres.

Aprender a orar y a hablar con Dios, no radica en aprender a formar hermosas frases en lengua vernácula y en el orden exacto, la oración no es un requisito de la vida cristiana y pía, ni un precepto; la oración es una necesidad esencial, una necesidad de comunicación de nuestro espíritu, con el Espiritu de Dios quien nos ayuda y enseña dirigirnos a El.

Aprendamos a orar de la manera necesaria, y de la manera como nos conviene; aprendamos a hablar a Dios con el lenguaje de nuestro corazón  y no con lenguaje estudiado. Seis palabras genuinas del corazón, significan más que el epilogo completo de una petición.

Habla con tu Padre de una forma clara y honesta.

Acerca de Refrigerio para El Espiritu

Y conoceréis la verdad, y os hará libres
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